Con 56 años, Nancy Hauck decidió ser madre gestante de su propio hijo. Su nuera, de 30, Cambria, se había sometido a una histerectomía tras años de tratamientos, lo que le impedía ser madre y cumplir el sueño de Jeff, su pareja.
Nancy, sabiendo que a su hijo quería ser padre, decidió ofrecerse sin ni siquiera consultarlo con su marido a portar en su vientre el embrión de ambos, una propuesta que sorprendió a su familia y emocionó a la pareja, que llevaba tiempo con problemas de fertilidad.
"Cuando se lo dije a mi hijo lloró y se sorprendió. Ni siquiera se lo había dicho a mi esposo en ese momento", explica. "Nadie pensó que fuese posible por mi edad, pero los médicos dijeron que estaba sana y podía ser portadora".
Tras someterse a un examen médico, los análisis reflejaron que podía ser una portadora viable. El problema: tenían que actuar antes de que llegase la menopausia, por lo que decidieron ponerse manos a la obra.
En enero de este año, Nancy comenzaba un tratamiento hormonal diario, con una duración de doce semanas, que en febrero permitía que el embrión fertilizado de la pareja se transfiriese a su útero sin problemas. "Al principio fue un poco aterrador", cuenta. "Habían pasado 26 años desde que tuve un bebé". Ahora, sin embargo, asegura sentirse poderosa y feliz de poder llevar en su vientre a la que será su nieta.